Autora: Julia Navarro
Fecha de publicación: 25 de octubre de 2018
Sinopsis
Fernando,
joven editor hijo de un republicano represaliado, decide huir de una España
abatida por la Guerra Civil. En su aventura le acompañan sus amigos Catalina y
Eulogio, cada uno escapando de sus propias circunstancias. Los tres jóvenes han
crecido juntos en un barrio madrileño cercano al convento de la Encarnación e
intentan sobreponerse a los estragos que la guerra ha causado en sus vidas y
las de sus seres queridos. Las perspectivas de futuro son cada vez más negras
para ellos, por lo que deciden unir sus destinos y emprender una nueva vida
lejos de Madrid para poner a salvo lo poco que les queda.
Impresiones
Es una historia de amor y de amistad, de amigos fieles que se ayudan en los
malos momentos, es una historia que quiere poner nombre a las relaciones entre unos y otros y donde los protagonistas tratan de mirar dentro de sí y aceptarse cómo son, aunque unos tarden más que otros… La autora nos lleva a recorrer el mundo junto a sus personajes: empezamos por Madrid, donde los vencidos de la guerra no pueden
levantar la cabeza sin ser señalados, donde es preferible vivir como un exiliado que tener que agachar la cabeza por el peso de la culpa y el miedo al qué dirán... Es en esta primera parte donde surgen las palabras de Lorenzo Garzo, el padre de Fernando, que darán título a la novela:
“No matarás, hijo, tú no matarás. Porque ningún hombre
vuelve a ser el mismo después de haber quitado la vida a otro hombre”.
Como segundo escenario nos adentramos en Alejandría, una ciudad cosmopolita, otro ambiente, otros idiomas, otras culturas, aquí los personajes se desenvuelven con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo. Y por último, el tercer gran escenario transcurre en
París, una ciudad que ha sido ocupada por los nazis y que ha pasado por terribles momentos, donde los protagonistas ven cómo la
vida va transcurriendo como se escapa la arena entre los dedos, a la espera de que el momento de enfrentarse a sus fantasmas llegue y con él, el tan esperado reencuentro con sus seres
queridos.
Es, por tanto, una historia absorbente que nos habla sobre la culpa, la venganza, el peso
de la conciencia y los fantasmas que nos persiguen y condicionan nuestras
decisiones.
Los libros y el mundo de la literatura, están muy presentes en la obra, tenemos personajes que trabajan como editores, libreros, filósofos y algunos son incluso poetas. El recuerdo
que tiene Fernando, el protagonista, es el “olor” de los libros, las ediciones,
el ruido de los tipógrafos en la editorial donde trabajaba su padre. Ésta es la descripción de Lorenzo Garzo que hace la autora:
“amante de la literatura, los libros eran parte de su alma, no se podía
entender a sí mismo sin ellos. Sí, acariciaría los lomos de las novelas de
Cervantes, se recrearía en los poemas de Góngora, sonreiría al ver los viejos
tomos de Calderón y suspiraría aliviado al comprobar que allí seguía el
Romancero gitano de Federico García Lorca y tantos y tantos otros libros que
habían ido conformando su vida y su manera de ser. Y seguramente, contendría una
lágrima…”.
Un hombre
que se emociona con la literatura y con el que probablemente la gran mayoría de
los lectores nos sintamos identificados. También en otro momento la autora nos comenta del propio Fernando:
“no concebía oficio más
hermoso que el de sumergirse en los mares que forman las palabras”
¿Hay
forma más bonita de expresar el amor por los libros, por la
narración de historias?. Yo creo que no.
Toda la obra
es, como dice la propia autora “un homenaje a los editores, a las librerías
y, en definitiva, al lector que todos llevamos dentro”.
Hay dos
aspectos que, sin embargo, me llenan de extrañeza: Por un lado, la tremenda obcecación de los protagonistas, Fernando y Catalina, cada uno en lo suyo, a
lo largo de la novela llegando un momento en que resulta cansino y te hacen lanzar un "buf, ya están otra vez" pero no hay que desesperar porque la autora, muy hábilmente, en la última parte de la novela lo
resuelve haciendo que las piezas encajen y todo resulte más claro. Un giro
inesperado que hace que no levantes la cabeza del libro hasta el final, final.
Otro aspecto
que me chirría un poco, éste mucho más concreto, es cuando las madres de
los protagonistas dicen que "hablaban a diario por teléfono y estaban al
tanto de cuanto les sucedía". Mmmm... me resulta extraño ya que en
aquella época rara era la casa que tenía teléfono, más teniendo en cuenta lo
pobres que eran.
De todas
formas, y obviando estas nimiedades, puedo decir para finalizar que es uno de esos libros que no quieres que
terminen y que te dejan con "resaca literaria", es decir, con todo tu
ser tan lleno de los personajes y de la historia que no hay cabida para nada
más, al menos, durante unos días. De los que me gustan, vamos….
Sobre la autora
Julia Navarro es periodista
y escritora, ha recibido numerosos premios y tiene en su haber entre otras
obras las siguientes novelas, todas publicadas por Plaza & Janés:
· La Hermandad de la Sábana Santa 2004
· La biblia de barro 2005
· La sangre de los inocentes 2007
· Dime quién soy 2010
· Dispara, yo ya estoy muerto 2013
· Historia de un canalla, 2016
· Tú no matarás 2018.
Creo que puedo presumir de
haberlas leído todas salvo Historia de un
canalla. La empecé, pero se me atravesó y no conseguía avanzar con
ella así que la dejé de lado, quizá no era buen momento para leerla. Me gusta
esta escritora, suele trabajar y perfilar muy bien los personajes sin olvidarse
del entorno, como ella misma dice “tengo una obsesión por que los escenarios a los que subo a mis
personajes estén bien construidos, respondan al momento histórico que están
viviendo, y a la documentación le dedico mucho tiempo. Pero para mí la historia
sólo es un escenario, no quiero contarla; lo que me interesan son los
personajes"