Fecha de publicación original: 3 de mayo de 2017.
Argumento:
“Yo estaba en roma cuando Bob Ardlan me llamó. Para ser exactos: estaba
con una mujer en Roma, cuando Ardlan me llamó. Así que cuando vi su nombre en
la pantalla de teléfono pensé: “Qué demonios, Bob. No me llamas en una
eternidad y vienes a estropearme el mejor momento del verano”. Y lo dejé sonar.
Dos días después, supe que Bob había caído desde el balcón de su
mansión en Tremonte pocos minutos después de marcar mi número. ¿O tal vez le
habían empujado? No me quedaba más remedio que pisar el acelerador del coche y
plantarme allí para hacer unas cuantas preguntas.”
Impresiones:
Tal y como dicen las diferentes
reseñas y críticas se lee rápido. Un par de tardes, unos momentos robados a los
quehaceres diarios y ya te has hecho con ella. Recuerda un poco al más puro
estilo de Ágatha Christie: un muerto y 12 sospechosos.
En el entorno idílico de la costa italiana, luces blancas y mediterráneas, se desenvuelve la trama de esta novela. Escrita con un estilo
ágil que, según dicen, caracteriza a este autor. No lo sé, para mí es el primer
libro que leo de Mikel Santiago, aunque lo que sí puedo decir es que seguro que
no será el único que lea de él. Por lo visto, ha tenido éxito con sus obras anteriores
que son más del tipo de thriller psicológico, por ejemplo: La última noche en Tremore Beach.
En El extraño verano de Tom
Harvey ha intentado utilizar más la mente y menos la violencia física que es algo
característico de sus anteriores obras.
Tom Harvey se convierte así en nuestro protagonista principal: alto, guapo, rico (bueno sus padres), cerca
ya de los cuarenta años, saxofonista y guía turístico que vive en Roma. Por
otro lado, tiene otras cualidades que son las que lo hacen idóneo para este
papel: defensor de su ex mujer (por la cual aún siente algo) y cabezota (virtud
que hace que aunque mil veces se plantee dejarlo todo mil veces regresa al escenario
principal porque no puede dejar de pensar en ello y necesita resolverlo).
Adorable pues el protagonista, en
seguida le coges cariño.
El resto de los personajes están bien dibujados aunque algunos son
más estrafalarios, menos carismáticos pero todos sospechosos: el cineasta, la
escritora, las actrices, el policía italiano bien vestido, el matón, los
vecinos rusos, el artista, el guapo, el que trapichea con droga, etc. Todos son
parte de la lista de culpables que el autor nos presenta en bandeja para después
hacer que vayamos eliminándolos poco a poco, hasta que al final –clic- todas
las piezas del puzle encajan. Un “quién-lo-hizo” en el que todo el mundo puede
ser culpable hasta que se desvela la verdad.