viernes, 19 de marzo de 2021

Ocho millones de dioses

 

Fecha de publicación original: 16 de mayo de 2019

Autor: David B. Gil

Libros que ya he leído de este autor: El guerrero a la sombra del cerezo.

 SINOPSIS

Toledo, 1579. El padre Martín Ayala recibe la inesperada encomienda de regresar a Japón -el país donde se formó como sacerdote y misionero- diez años después de ser apartado de la misión por su relación ilícita con una joven japonesa. Alguien está asesinando con ritual crueldad a los padres cristianos en dichas costas. Ayala, considerado el máximo conocedor del idioma y las costumbres niponas en el seno de la Iglesia, deberá desentrañar las razones que se ocultan tras estas muertes.

Japón, año 7 de la Era Tenshô. Kudô Kenjirô, hijo de un samurái rural, es elegido para una ingrata labor: proteger a un extranjero llegado con la intención de investigar unos crímenes inciertos. Kenjirô pronto descubrirá que fuerzas extrañas conspiran para que el visitante no lleve a buen puerto sus pesquisas. Juntos recorrerán un Japón devastado por la guerra y emponzoñado por las conspiraciones. A medida que el jesuita se reencuentra con su pasado, el curso de la investigación se desvelará fundamental no solo para la pervivencia de la cristiandad, sino para el propio futuro del país.

Un hombre de fe obligado a desentrañar los más terribles crímenes, un joven samurái erigido en su protector, un viaje a través de un país castigado por siglos de guerra.

 

IMPRESIONES

Reconozco que tanto los títulos como la portada de los libros que he leído de David B. Gil me han llamado poderosamente la atención.

La expresión “ocho millones de dioses” se emplea en la religión sintoísta y, como dice el autor, es una fórmula para invocar a todo lo sagrado de este mundo.

Si a esto unimos que la temática y la narrativa me recuerdan a las películas japonesas a las que me ha aficionado mi chico… la elección está asegurada.

Lo malo es que cuando decido leer estos libros soy plenamente consciente de que me van a llevar tiempo.

No sé por qué. 

Disfruto cuando lo estoy leyendo pero me cuesta ponerme a leerlo. Es como si la sopa quemase y mientras espero a que se enfríe, voy tomando unos sorbitos, poco a poco….

Ahora bien, una vez leído me deja con aquel regustillo de las cosas bien hechas.


Una narración espléndida, las palabras bien elegidas, las descripciones de los paisajes, el descubrimiento de una cultura diferente: la japonesa, su filosofía de vida, el honor, el orgullo, la vergüenza…, el Japón feudal lleno de samuráis, shoguns, ronins… 

Y, por otro lado, el toque occidental, el cristianismo y el papel que los jesuitas tienen en la expansión de éste por el mundo, el comercio de la seda (y de otras cosas), etc. 

Mirad, os pongo un ejemplo de lo que os digo del lenguaje:

“Igarashi sonrió entre dientes y echó a andar por el muelle. La marea barbotaba bajo los tablones de los amarraderos y los mástiles cimbreaban al compás de un viejo ritmo. La noche era espléndida, en verdad.”

¿No os parece una descripción increíble? Es perfecto. No se puede decir más: el ritmo, la musicalidad de las palabras… todo te sitúa allí, de noche, en medio del muelle.

Toda la novela es la narración de un viaje que realizan el padre Martín Ayala y Kudô Kenjirô, En este viaje vemos cómo los protagonistas, que reflejan cada uno de los dos estilos de vidas tan diferentes, van pasando de la mera tolerancia que se tienen al principio a una comprensión mutua que supone el nacimiento y la consolidación de una amistad sincera y leal. 

Éste, es uno de los puntos fuertes de la novela.

“…dicen que la verdadera amistad es una flor al viento: llega de forma inesperada y de igual forma debe dejarse marchar. Lamento que el viento nos haya cruzado solo por un instante…”

Y somos testigos de una de las despedidas más bonitas que he leído:

“No habrá día en el que no añore tenerte a mi lado. […] Estoy seguro de que volveremos a encontrarnos.

-En cada una de nuestras vidas, Ayala-sensei…”

Es cierto que la profusión de términos japoneses hace que la lectura sea más lenta pero están bien referenciados y bien explicados y es algo necesario para la comprensión del texto.

Y, por otro lado, aunque salen bastantes personajes no es necesario llevar una guía o esquema porque acabas quedándote con los nombres importantes en la memoria y los demás no es necesario tenerlos tanto en cuenta.

Es, en definitiva, una novela para leer con calma y disfrutar del viaje y de lo que se puede aprender en él.

“Todo se puede aprender. Solo es necesario tener el tiempo y la voluntad suficiente.”