sábado, 24 de agosto de 2019

A flor de piel


Autor: Javier Moro
Fecha de publicación original: 2015
Otros libros leídos del autor: El sari rojo

Sinopsis

El 30 de noviembre de 1803, una corbeta zarpa del puerto de La Coruña entre vítores y aplausos. En su interior viajan veintidós niños huérfanos cuya misión consiste en llevar la recién descubierta vacuna de la viruela a los territorios de Ultramar. Los acompaña Isabel Zendal, encargada de cuidarlos. Los héroes de esta descabellada expedición, dirigida por el médico Francisco Xavier Balmis y su ayudante Josep Salvany, sobrevivirán a temporales y naufragios, se enfrentarán a la oposición del clero, a la corrupción de los oficiales y a la codicia de quienes buscan lucrarse a costa de los desamparados. Si al final esta aventura se convirtió en la mayor proeza humanitaria de la Historia, se debió no sólo al coraje de aquellos niños que se vieron abocados a salvar las vidas de tantísima gente, sino también al arrojo de los dos directores, hombres sin miedo que se disputaron el amor de la única mujer a bordo.

Mis impresiones

La historia de Javier Moro transcurre en la España de finales del siglo XVIII y en los años anteriores a la guerra con Francia.

Los protagonistas tienen la gran idea de erradicar el peor mal que azotaba a la humanidad: la enfermedad de la viruela y proponen llevar la vacuna por toda América del Sur y Filipinas, proeza no exenta de peligros ya que además de los que llevaba consigo la travesía, tuvieron que luchar contra el miedo que esta enfermedad producía en la población (es que inoculársela de motu proprio era, como mínimo, arriesgado, y encima ¡procedente de una vaca! eso ya atentaba contra los principios morales más profundos) y contra los intereses de especuladores y virreyes.
“La viruela producía un miedo cerval, sobre todo en las mujeres. […] por sus secuelas al provocar unas erupciones en la piel capaces de deformar para siempre los más bellos rostros. Para las mozas en edad casadera, aquello era peor que la muerte.”
La protagonista, Isabel Zendal, sería posteriormente considerada como la primera mujer enfermera y pedíatra universal, que llevó a cabo una labor humanitaria.

Novela histórica pero no por ello exenta de romanticismo ya que los hombres se enamoran de Isabel por su fuerte personalidad además de por su belleza sencilla, no explotada. Este viaje, que tuvo una duración de unos tres años aproximadamente, cambió la vida de todos sus protagonistas.

Una gran hazaña que puso el broche final a un imperio que ya estaba desgajándose.

Vacunación de brazo a brazo
La verdad es que la historia resulta muy interesante. Es curioso cómo en aquel momento tuvieron esa genial idea de llevar el virus “dentro” de unos niños –a flor de piel-, extrayéndoselo cuando se forma la vesícula resultante, transcurridos 8-9 días desde que era inoculado, para pasárselo a otro niño que a su vez, sería el nuevo portador, quedando así inmunizado el que lo lleva y teniéndolo en todo momento controlado. Gran proeza también ir con todos ellos en una larga travesía marítima, en un barco velero que cubría unas mínimas condiciones, calculando el número de niños necesarios para que el virus “durase” todo el viaje, como quien hace la lista de la compra y calcula cuánta leche necesita comprar para la semana. Y todo ello por motivos altruistas básicamente, influidos por el espíritu de la Ilustración, de “salvar al mundo”, además de poner fin a una enfermedad que dejaba las nuevas tierras sin “mano de obra” ya que atacaba no sólo a la población española sino a los indígenas.
“La flor negra, como llamaban a la viruela, era cruel y antojadiza, sobre todo con los pobres,”
Y luego, lo mejor de todo, con la idea de establecer un “plan de vacunación”. O sea, no es llegar allí y hala ya está, no, hay que formar una junta que controle las vacunas, su pureza, que vigile a la gente vacunada y que siga vacunando para que llegue al máximo de la población, educando a los sacerdotes y a las personas más relevantes de la sociedad para que cumplieran con el plan de vacunación y lo dejaran fielmente registrado en el libro de vacunados. Me parece sencillamente un GRAN plan. Un aplauso a Balmis, con sus tics, su ego y todo lo demás.

Afortunadamente, siempre ha habido personas capaces de luchar contra viento y marea y que han hecho un gran bien a la humanidad.

También resulta interesante seguir el crecimiento y desarrollo del personaje femenino. Isabel es una chica de 13 años, pobre, pero pobre de solemnidad, nacida en una aldea de Galicia, lista y rápida en aprender pero a la que le espera el mismo futuro que a otras muchas, ocuparse de su padre y de sus hermanos tras la muerte de su madre. Pero la oportunidad que le busca su padre está ahí y pasa a ser criada y cuidar de los hijos de un prohombre, una familia rica que vivía en A Coruña. Y gracias a su hacerse querer, a su tenacidad y a su gran capacidad de trabajo va subiendo peldaño a peldaño llegando a hacerse una mujer fuerte, con ideas modernas para ser una mujer de su época.

Pero… bueno, en líneas generales, la novela se me queda un poco coja, pese a lo interesante del tema. Lo percibo todo desde fuera, como si leyera un diario de a bordo, sin llegar a imbuirme en la historia, sin llegar a sentir pesar, miedo, rabia, temor, alegría, amor que es lo que circula por la novela. Los personajes están bien perfilados pero no me emocionan sus sentimientos, ni me indignan sus atropellos.

Destacar eso sí, la gran labor de documentación que ha debido de hacer el autor para desbrozar los hechos y dotar de identidad a los personajes de la historia. Por lo visto, el meticuloso diario que llevaba a cabo Balmis se extravió  y tampoco hay muchas cosas documentadas sobre el personaje de Isabel.

Y algo también sobre el origen de la novela: como el mismo autor reconoce en sus entrevistas, tropezó con esta historia por casualidad en una visita al Jardín Botánico, donde se guarda toda la documentación de las grandes expediciones científicas españolas, tras preguntar allí cuál les parecía que había sido la expedición más sorprendente.


Otras curiosidades: otra escritora española Almudena de Arteaga contó en el 2010 esta historia en su novela Los ángeles custodios, y en el año 2016 se hizo una película para TV española titulada "22 ángeles".

Pero, aún así, he de decir que la novela de Javier Moro está entretenida ¿eh? así que el que quiera leerla para saber algo más de esta expedición, de este hito histórico, que lo haga, que no se va a arrepentir. 


Como dice el autor: se lee fácil porque se escribió difícil.